Los
autos no se quedan atrás. Los chinos no le temen a nada; hay autos
de todos los colores y formas, y algunos definitivamente muy lujosos.
En
otro extremo de la ciudad, pasié por una calle con tiendas tibetanas
que tenía mucha “chimuchina”, aunque también colores. Algunas
tiendas excibían pinturas con budas, otros vendían las banderitas y
papeles que tiran en las ceremonias, o telas rojas y amarillas que
usan los monjes que se pasean. También había restaurantes. El olor
que había en el rededor era delicioso; a cardamomo, creo.

En
las calles de la Chengdu, normalmente se cruzan olores fenomenales; a
especias, cilantro y caldo de carne. Como en toda China, y Asia, aquí
no faltan restaurantes en ningún lado. La gente come fuera de sus
casas, a modo de entretención, para compartir; esto porque, además,
es muy barato. Y ahora sí que me tocó comida picante; Sichuan es
famoso por tener las comidas más picantes del país... ¡como fuego!
Y Entendí el porqué de que, aún pidiendo sopa, no dan cuchara; los
fideos y todo lo sólido de un plato (aun lo desconocido) se come
primero con palillos, y luego se bebe el líquido directamente desde
el plato... ¡fácil!
La locomoción pública (los buses) funciona muy bien, aun cuando las rutas de los diferentes números es inentendible. Los buses tienen GPS que avisa por altavoz (en chino e inglés) la parada en la que se encuentra y la que le sigue... ¡maravilloso!; también tienen asientos color naranjo, que creí eran asientos “parche” para reemplazar los que se habían roto, que son los preferenciales para adultos o minusválidos. El pago se puede hacer por tarjeta, con código de barras, o poniendo el monto exacto de dinero en una cajita (no da vuelto); supongo que este último sistema no funcionaría en Chile, porque no es para “pillos”.

Si
bien Chengdu no es tan impecablemente limpio como Kunming, al igual
que todas las ciudades en China, está es muy limpia. Y no es que la
gente sea limpia, porque de hecho es muy sucia; la gente arroja todo
al piso. Hay personas que limpian constantemente.
Otras tiendas que abundan en la ciudad son las de artículos electrónicos. Así como las de ropa, aquello original es caro, incluso más que en occidente; pero hay muchas copias y marcas no conocidas que son baratas. Compré una memoria para guardar mis fotos digitales, que era barata pero se veía buena, aunque no deja de darme susto la idea que pueda perder mis fotos.
La locomoción pública (los buses) funciona muy bien, aun cuando las rutas de los diferentes números es inentendible. Los buses tienen GPS que avisa por altavoz (en chino e inglés) la parada en la que se encuentra y la que le sigue... ¡maravilloso!; también tienen asientos color naranjo, que creí eran asientos “parche” para reemplazar los que se habían roto, que son los preferenciales para adultos o minusválidos. El pago se puede hacer por tarjeta, con código de barras, o poniendo el monto exacto de dinero en una cajita (no da vuelto); supongo que este último sistema no funcionaría en Chile, porque no es para “pillos”.
Otras tiendas que abundan en la ciudad son las de artículos electrónicos. Así como las de ropa, aquello original es caro, incluso más que en occidente; pero hay muchas copias y marcas no conocidas que son baratas. Compré una memoria para guardar mis fotos digitales, que era barata pero se veía buena, aunque no deja de darme susto la idea que pueda perder mis fotos.
Para
pagar en una tienda, o recibir el vuelto, la gente siempre extiende
los billetes ordenados uno sobre el otro; depúes los entrega con las
dos manos.
Del
amigo que hice en el bus hacia Chengdu aprendí a usar el internet.
El sistema chino permite, además de comprar una tarjeta por un monto
fijo, que se puede usar en cualquier local de China, comprar un
código que devuelve la plata que no se usó al terminar de usarlo.
Mi error anterior fue tratar de no pagar más de lo necesario
comprando sucesivas veces tarjetas por montos pequeños, lo que
irritó a los chinos (yo los consideré impacientes al creer que esa
era la forma).
Al
terminar el día de caminata fui al masaje chino; me hicieron un
masaje de cuerpo completo por una hora, por sólo Y25. El masaje era
sobre camillas puestas una paralela a la otra, con ropa puesta y
gente conversando y metiendo ruido como si nada. La idea, creo, es
quitar los “nudos”, trabajar los músculos de cuerpo; pero no
relajar. Y fue muy bueno porque la señorita me presionó y trabajó
todas las zonas donde tenía dolores; el cuello, hombros, espalda
baja y un “cachete” del poto me dolieron “caballo”.
El
nivel de inglés es “cosa seria” en este país; no se lo toman en
serio. Sorprendente, se ven errores en letreros públicos y en
algunos de tamaño enorme. En el centro de pandas había un letrero
que decía “padna” (en vez de panda); en otro'”chegndu” (en
vez de chengdu); hoy vi otro que decía “kilk” (en vez de
silk)... todos en letreros gubernamentales, bien diseñados, grandes
y en lugares clave para el público.
Mañana
parto rumbo norte.
Besitos
a todos,
No hay comentarios:
Publicar un comentario