9 de julio de 2010

Desde Kota Kinabalú (2), Sabah, Borneo, Malasia

Estoy de regreso a KK (Kota Kinabalú) luego de mi “expedición” por la selva de Sabah, Borneo.
Al final cambié un poco mis planes. El lunes, finalmente y luego de arreglar mi tur a la selva y comprar mi impermeable, partí en bote a la isla Mamutik del Parque Nacional Abdul Rahman, al frente de KK. Por desgracia, luego de Gili Air en Lombok, nada es del todo bello; pero fue rico tomar un poco de sol y bañarme. Sin embargo, el clima no acompañó al paseo y tuve que volver una hora antes; cuando empezaron a caer unas gotas, decidí partir de regreso. Una vez en el bote, con más turistas, empezó a llover... y ¡miércales que llovía!; dolía la cara con el agua... pese a ello resulté ser la única de todo el bote que salió bastante seca, porque de pura suerte andaba con el impermeable que compré para el paseo siguiente.
Caminé al hostal, y seguía el diluvio; fui a comer por segunda vez a un restaurante indio que queda cerca... ¡que buena la comida!
El martes partí bien temprano para alcanzar mi bus que salía del terminal Inanam rumbo a Tawau. Me habían dicho que sólo se llegaba en taxi... pero yo la insistente me conseguí la información para llegar en locomoción pública. Tomé el ”city bus” hasta el terminal Wawasak y de ahí otro mini bus hasta el Inanam; luego de seis horas me bajé en Kinabatangan. Entonces de diferentes partes llegaron los demás turistas para que un bus de la empresa nos transfiriera a este paseo, una hora y media río adentro.

El viaje en bus fue una belleza; el paisaje entre montañas con nubes algodonosas y un verdor fenomenal. Si bien no lo subí, el Monte Kinabalú se veía imponente en el paisaje. ¡¡¡Lindo!!! Lo único malo es que hacia el este de Sabah aparecieron las plantaciones de palmeras para producción de aceite... un tema del que me informaré mejor una vez en Chile, y es que estos bestias desde hace ya algunas décadas vienen deforestando el bosque “a mil por hora”, y el paisaje termina absolutamente monótono, aunque verde y con helechos creciendo en el tallo de las palmeras y suelo (mejor que la plantación de pinos, creo yo). El parque del tur corresponde a una reserva en medio de estas plantaciones antiguas de palmas, que queda en el río Sungai Kinabatangan. 
El tur “valió cada ringgit”… lo pasé “chancho”, y nos cansamos mucho también. Consistió en dos noches y “tres días”; cuatro salidas en bote, de hora y media cada una, en la tarde en que llegamos, las dos mañanas siguientes (6am) y la tarde del segundo día; caminatas nocturnas por el parque; y una caminada durante el segundo día. Nos dieron desayunos, almuerzo y cenas muy ricas... y la chilena aprovechando de empacharse con verduras.
El paisaje en bote fue tal como me imaginaba al Amazonas. Un río marrón opaco con árboles, arbustos y pastos a cada lado. Vimos monos hasta que nos dio hipo... y dale con el macaco de cola larga y el mono probóscide (o como se llame en español).
Y tratando de llevar lo menos posible al paseo (el resto lo dejé en KK, en el hostal), la muy mensa de yo no llevé mis lentes; mientras todos veían al cocodrilo escondido entre las ramas, yo caso perdido. Pero... mi cámara, con el zoom fantástico y envidiado por medio bote, me permitió sustituir los lentes. Difícil, en todo caso, ver al famoso cocodrilo; con suerte, y con las olitas hechas por los botes, se podía ver la cabeza del “pobre tipo”. Lo mismo me pasó con una serpiente; todos me indicaban donde estaba, y yo nada, no veía nada; cuando por fin la encontré con el zoom, lo único que se veía eran dos centímetros cuadrados de esta cosa negra con anillos amarillos... ¡¡a eso le llamaban serpiente!!. A los elefantes no los pudimos ver porque estaban muy lejos de la base esos días. También vimos algunos pájaros extraños.
La tarde del día que llegamos estaba lloviznando, en la noche y día siguiente despejado, y la mañana del tercer día con neblina que luego se despejó. En la salida en bote del segundo día, cuando el sol cayó, una luz espectacular apareció; en un cielo celeste, con un poco lila, los rayos del sol hicieron franjas fucsia en las nubes... jamás vi algo así antes.
En las caminatas vimos plantas durante el día y animales e insectos durante la noche. Aquí es donde debíamos usar “calcetines contra sanguijuelas”, que no pude encontrar en ningún negocio; a cambio, y porque mis pantalones son todos cortos, me compré unos calcetines deportivos verde con líneas blancas muy sexi. Pero nadie fue “atacado” por ninguna sanguijuela. Nada de lo que vimos por la noche se movía cuando los alumbrábamos, ni los pájaros... absolutamente petrificados, excepto por animales más grandes como un “gato Civit” y un zorrillo. Y es que en el momento de apagar las luces, durante la caminata, comprendimos porqué los pájaros no se mueven... por que no se ve ¡nada!, ¿a donde volar?
Fue rico también poder compartir con gente de varios países por más de un día. Sin embargo, no encontré a nadie que siguiera mi ruta hacia el continente. Eso sí, hice dos amigos con los que ayer seguí rumbo a las termas “Poring” luego del último día de tur, Shaunagh de Australia y Andi de Inglaterra (que vive en Filipinas cultivando arroz).
Las termas “harto penca”; tinas chicas, de loza azulada, divididas en cuartos con dos llaves cada uno, con agua fría y caliente, que se llenaban taaaan lento... insoportables. Pero fuimos tarde, cuando ya no había nadie y no tuvimos ni que pagar, y estaba rico. Nos alojamos en una casa en la calle única del pueblo. Según Shaunagh se parecía mucho a Nepal.
Y hoy decidimos hacer una caminata por el parque hasta una cascada, 3,5km que nos costó dos horas de ascenso y una de bajada. Otra vez transpiré como porcino… y aquí si que conocimos a las sanguijuelas; las “bestias” escalan los zapatos en busca de piel. Y por supuesto la presa favorita era yo. Yo creo que mi circulación sanguínea debe ser más superficial que la del promedio de la gente, porque mosquitos, y ahora sanguijuelas, me prefieren. Pero mis “calcetines sexi” funcionaron fantásticos, aunque el grito de horror cada vez que vimos una en nuestros pies no faltó. El “chiste” de las sanguijuelas acabo en el bus de regreso a KK cuando Shaunagh hizo el comentario de que la aventura no hubiese sido tan excitante sin haber sido intimidados por estos animales... al cabo de dos minutos del comentario ella dio un grito nuevo porque aun tenía una en el tobillo... y nos reímos más aún. Carmen Luz, esta australiana es como haber estado contigo, con una personalidad, risa y goce ¡imparables!
Cuando bajamos, se largó a llover. Almorzamos una sopa deliciosa (Thai Tom Yam). También nos dieron en el local un picadillo de una planta, súper rico, que luego de pensar y pensar llegué a la conclusión de que era muy parecida en sabor al cilantro... mmm
Y nos vinimos a KK. Cené en mi restaurante favorito, Arin Curry House, Mie goreng talur (fideos salteados con vegetales… los mejores fideos ¡del mundo!) y un “roti”; (masa frita, plana como panqueque, que la sirven acompañada con un platito con curry donde se unta).
Mañana vuelo a península Malasia (Malasia oeste)
Un beso grande.
Antonia