Y llegué al mundo desconocido de Laos.
Luego de dos horas en bus (más bien micro antigua), entre Chang Rai y Chiang Khong (en el borde de Tailandia con Laos), por lo incierto del tema de cruce entre paises y por encontrarme ante una ciudad fea, decidi el mismo dia domingo en que llegué a Ching Khong, cruzar el río limítrofe a Huay Xai, en Laos, tras finalmente (porque siempre los avité) tomar un tuk-tuk hasta dicho cruce. Sin embargo, el camino hacia Chiang Khong fue maravillosos, verde alucinante, de una paz magistral, radiando una energia maravillosa; el camino mismo nada muy bueno eso si.
En Laos me tramitaron bastante por la visa. Parecían gozar un poco al tener el poder de dejarme esperando; pero luego de pagar US$30 por la visa, completar dos papeles y pagar una comision adisional de US$1, entrá al pueblo de Huay Xai con un permiso para quedarme por 30 días en Laos.
Cambié los baht que me quedaron por “kip” (moneda de Laos) y busqué una pieza en el pueblo. Nada muy diferente y feo; pero la cara de la gente un poco distinta, aun más cercana a la del chileno. Nada que hacer en el lugar.
algunos jóvenes. Entonces por primera vez un monje me habló, porque quería practicar inglés. Me contó que estaban allí aislados por cinco años.
El resto del dia me eché sobre la cama a leer, elongué un poco, especialmente las piernas, y me dormí temprano. El resultado al dormir: mucho mejor.
Los precios en Laos decían ser más baratos que los de Tailandia, lo que no es correcto. Todos los turistas están impresionados con “tanto que pagar”. Comparado con Tailandia, la comida es cerca de un 50% más cara y el hospedaje un 20%. Una vez más, estamos con el peor cambio monetario desde 2007, de casi 10,000 kip por US$, bajó a 8,300 kip.
Ayer lunes comenzó mi travesía esperada: dos días por el río Mekong hasta Luang Prabang, en el “slow boat” (bote lento). Había oído que valía la pena el viaje, que era un viaje bello; pero cuando llegué a Huay Xai algunas turistas jóvenes, esperando el bus, dijeron haber oido que era un viaje largo y tedioso. En resumen, y desde mi experiancia, ¡perfecto!. Un bote largo y angosto de madera, abierto a los costados a excepcto por la parte trasera; con bancas de madera (algunas con un cojín) y un espacio plano bajo el cual va el equipaje y sobre el que uno puede echarse; con un tipo manejando el manubrio en la parte delanterar y un baño y sección de estar en la trasera. Muy sensillo pero bueno, y moviéndose apaciblemente.
Y el viaje de hoy, de ocho horas, estuvo llovido de comienzo a fin, con las “cortinas” cerradas para no mojarnos. No tuvimos mucha vista; pero uno siempre se puede parar en el bote a caminar y conversar con el que sea… es bien “activo” el viaje, no es como sentarse en un autobus.
El paisaje en el río Mekong, muy famosos e importante en la región, es solitario, de agua marrón, con montañas verdes a los costados y algunas villas de vez en cuando dotadas de una docena de casa (cuanto mucho) contruídas de bambú, muy rústicas. Ninguna lujuria en los alrededores… muy bonito.
Pretendo quedarme unos tres dias aquí porque es lindo y relajado, y me alojaré con Ilaria, que también conocí en el viaje en bote, así que tendré compañía por algunos días, lo que es bueno porque necesito despejar mi mente con tanta preocupacion de enfermedades que me pueden suceder.
Creo que me deshidraté un poco el último día, porque ando un poco mareada, así que mañana me portaré bien en cuanto a mi salud, alimentacion y al esfuerzo que pongo en mis actividades. Buscaré un masaje para “comparar” manos tailandesas contra laoenses.
Que estén bien y buena salud para todos.
Antonia