31 de mayo de 2010

Desde Ubud, Bali, Indonesia



Estoy yendo en contra de mi postura “anti botella plástica”. Aquí venden el agua sólo en botellas de 1,5 litros desechables, y eso es lo que estoy comprando para evitar enfermarme, junto con las dos vacunas que me colocaron antes de venir, contra tifus y hepatitis A.
El paisaje desde Kuta a Ubud fue precioso, con construcciones bellas, plantas por todos lados y artesanías. Y, aunque demoramos dos horas y media en vez de una hora por toda la espera y recolección de pasajeros, llegamos sanos y salvos a Ubud. Sin embargo, el minibús no entró al centro de la ciudad, por lo que tuve que caminar con mi mochila de 13 kg por 20 minutos hasta la calle JI Arjuna para encontrar un lugar donde alojar; afortunadamente compartí la caminata con una chica alemana que por llevar varios meses viajando iba llena de bolsas y me dio algunos datos, hasta que nos despedimos frente a su reserva en un hostal caro.
En Ubud hay muchos hospedajes, y varios están dentro de recintos cerrados que conforman unidades familiares. Estas unidades están circunscritas por una muralla en cuyo interior hay varias habitaciones que convergen en un patio central común; poseen, además, una zona con un templo y un área con cocina, lugar de comida y aseo comunes. En promedio, dentro de lo que averigüé, una habitación simple cuesta desde 70.000rp, siendo el precio para dos personas muy similar y no existen las piezas compartidas; sin embrago, yo conseguí una simple por 60.000rp, nada de lujo pero con una cama, armario, ventilador y baño privado (con tasa occidental).
Ubud ¡es bello! Entiendo el porqué es tan turístico; es selvático, sus calles son lindas, las tiendas tienen cosas bellas y es sumamente agradable. Sin embargo, su tránsito es “de locos”; manejan por la derecha de la calzada y, como los colectiveros en Chile, lo hacen como si fueran los dueños de las calles (aunque tocando menos la bocina) y entre cientos de motocicletas. Las motos son el medio de transporte “número uno”; entre los autos, los Suzuki y Toyota están “a la orden del día”.
Una vez instalada en el alojamiento, lavé algo de ropa que colgué dentro de la pieza, y salí a caminar por el centro de la ciudad hasta el “Parque de los Monos”. El comercio estaba lleno de cosas bonitas: esculturas, ropa, madera y obsequios propios del lugar; entre una oferta enorme de colores, compré un pañuelo delgado para el cuello de seda, color rojo intenso con verde y blanco.
¡Qué chistosos los monos!, ¡qué bonito todo! Entré por la entrada oeste del parque; al salir por la este decía “entrada adulto, 20.000rp”... ¡ups!, que conveniente.
Afuera del parque compré un bocado indonesio”; “qué choro”, me dije. A los cinco pasos, un mono empezó a seguirme, sabía que estaba “frita”, y luego otro se unió a la seguidilla; un mono saltó a mi brazo, el otro a mi cintura, y entonces me rendí... se llevaron mi “snack indonesio” sin saber cómo era.
Después de tal aventura fui en busca de Dewa Warung, el lugar para comer que mi guía turística aconsejaba, porque en la calle central Monkey Forest (JI Wanara Wana), y las contiguas, era muy caro (sobre 35.000rp). Ahí estaba la “picada” con comida rica y barata (12.000 a 17.000rp); comí “cashew ginger chicken”, un plato muy sabroso; además, conocí a una francesa con quien conversé y caminé más tarde.
A las 19:30 horas fui a un show de música y baile balinés muy lindo e interesante que dan de lunes a viernes por 75.000rp. Y Ahora estoy aquí, en el “ciber”, tratando de subir las fotos a internet que demora una eternidad.
Ha sido un día muy bueno. Cada vez me siento más cómoda. La gente es muy amistosa y no se siente violencia por ningún lado; sólo los taxistas son insistentes, a la espera de algún cliente.
Mañana me quedaré en Ubud para arrendar una moto con chofer (“cáchate esa”) para que me lleve a un lugar un poco más lejos; esto porque me da susto manejar una moto con tanto movimiento en la calle.
Y de playa, nada; estoy en el centro de Bali. La playa seguramente la alcanzaré en unos 2 a 3 días más.
A ver si subo las fotos. No prometo escribir seguido porque no sé si en el pueblo siguiente habrá internet o tendré mucho tiempo.
¡Besos!
Antonia

31/5/2010: 274.000rp (45.000rp minibús Kuta a Ubud; 4.000rp agua; 1.000rp bocado; 50.000rp pañuelo de seda; 17.000rp cena; 75.000 show musical; 22.000rp internet (1.000rp /6 min); 60.000rp alojamiento privado)

Desde Kuta, Bali, Indonesia




Ayer en la noche llegué a Bali. Justo antes de aterrizar leí, rápidamente en mi guía de viaje, las alternativas de a dónde podía ir; Ubud parecía mi opción (“herencia del hinduismo balinés con un templo en cada esquina… (Y aunque se ha convertido en la víctima de su propio éxito) lejos del centro hay muchas esquinas tranquilas, un comercio y programas  de danza y de música excepcionales”). Una vez en el aeropuerto, pregunté por las alternativas reales y los precios de traslado; como era más tarde que las 19 horas (19:30 horas) y estaba oscuro, ya no había más que taxis para trasladarse, lo que me saldría muy caro para llegar tan lejos como Ubud.
-                      Kuta 50.000 rp
-                      Denpasar 60.000 rp
-                      Ubud 195.000 rp
Entonces, vi una pareja de chicas rubias; me les acerqué, presenté y pregunté que a dónde iban para unirme a ellas. 
Así fue como partí rumbo a Kuta, a donde no quería (“ciudad de vacaciones dedicada a la diversión y al sol… laberinto de calles angostas con bares, hospedajes básicos y comercio barato…prepárese para mucha atención de vendedores y un batallón de falsificadores”); sin embargo, las suecas resultaron ser bien simpáticas, por lo que, además del taxi, compartimos la pieza de un hotel para reducir gastos.
El taxi nos dejó en el centro de la ciudad; desde allí caminamos por JI Buni Sari en busca de “Kedin´s”, en el barrio “Poppies Gang”, pero terminamos en “New Arenas” pagando más de lo pensado, 100.000 rp cada una por una habitación triple, buena aunque no por el baño que tenía un ratón.
En “Poppies Gang” por unos 25.000 rp había mucho para comer, así como servicios de transporte. Aun cuando era de noche, Kuta se veía caótica, fea y con mucha gente y autos, por lo que compré, inmediatamente, el pasaje para mi destino siguiente: Ubud. Como había leído que en Asia todos los precios se regatean, logré disminuir el valor del pasaje de 60.000 a 45.000rp.
En la mañana, me levanté más temprano para mirar un poco de Kuta; encontré en muchas aceras, frente a entradas de locales, pequeños canastitos hechos de hoja de palmera rellenos con arroz de colores, flores e inciensos que pronto averigüé se trataban de ofrendas para los santos. Luego esperé en el hotel al “shuttle” que saldría a las 11 am y llegaría en una hora a Ubud. Desde un jeep, un hombre me llamó para que me subiera; no parecía un “shuttle”. Dentro iban dos turistas canadienses, así que me subí. Entonces fuimos hasta un sitio baldío para un trasbordo, pues “viajaríamos en un bus grande”. Lo que yo llamaría “bus grande” resultó ser un “minibús” (o shuttle), que salió del sitio adelantando y retrocediendo sucesivas veces para no pasar a llevar las paredes de las calles al doblar, pues eran extremadamente angostas. Entonces, el “bus grande” se metió en otro callejón para buscar a otro pasajero, luego se estacionó unos 15 minutos al costado de una de las vías principales a esperar a otro jeep con dos personas más, y más allá lo repitió pero en el sentido contrario del tránsito.

30/5/2010: US$10 + 121.000rp (US$10 bebidas aeropuerto; 3.000rp agua; 18.000rp taxi aeropuerto a Kuta; 100.000rp alojamiento triple)