23 de agosto de 2010

Desde Non Khai, noreste, Tailandia


Y otra vez en Tailandia. Ahora me gusta más este país, quizá porque me alivia el saber que hay médicos “por si las moscas” (o mosquitos picadores).
Mi último día en Laos, en Vientiane, fue soleado. El hostal no era barato; pero resultó muy bueno, limpio, cómodo y con un desayuno muy bueno. Aproveché, entonces, de ir a ver al único templo distinto que supuestamente “valia la pena ver”, con al rededor de ¡1000 budas!... me creí uno más.
Entonces tomé el famoso tuk-tuk, con los que siempre “es una lata” lidiar, para ir al terminal de buses a tomar mi bus “express” a Nong Khai, en Tailandia, al otro lado del “friendship bridge” que cruza el Mekong. Se demoró dos horas, en las que nos bajamos y subimos dos veces para tramitar salidas y entradas y visas. ¿Podrán creer que los laosianos cobran por salir del país?. Por el contrario, Tailandia no me cobró nada por el ingreso, y volvió a darme 90 días de visa, sin importar el número de entradas… ¡fantástico!
Nong Khai se parece a Vientiane. Es tranquilo, aun que en algunos horarios los tuk-tuk lo vuelven muy ruidoso; aunque no tiene ningún arco del trinfo como Vientiane… Tailandia será más auténtico.
La ciudad es acogedora, agradable porque casi no tiene turistas, con un paseo a lo largo del río, en frente a Laos, donde la gente hace ejercicio en las tardes y tiene mesitas para comer, ¡y lugares donde sentarse!... finalmente. Porque aquí es barato decidí “no correr”, quedarme dos noches antes de tomar el tren al sur. Además, el hostal es lindo; es una casa vieja china, muy pacífica.
En la tarde fui en busca de la estación de trenes para organizar mi viaje próximo, que se supone estaba a 1,5 km; pero caminé y caminé sin encontrarla, y decidí devolverme. Es increíble lo poco expresiva que es la gente del sudeste asiático; uno hace gestos, ruido de trenes, y ellos no responden, ni ponen cara de pensar… no se consigue ayuda cuando se trata de orientarse. No lo quiero decir, pero ¡son muy tontos!. Por el contrario, si uno encuentra a un chino, éste piensa y “procesa la informacion”. Entonces me topé con un mercado de domingo, lleno de comidas extrañas ¡que no comí!... porque no quiero parecer bola más tarde; pero sí me tomé un “shake” de piña, cuyo contenido era casi pura fruta... ¡qué rico!... imagino fue porque no era un lugar turístico. La gente local sabe de lo bueno.
El atardecer de ayer fue bonito, así como en Laos. Yo creo que Laos debe ser más caluroso, y por ello con esos atardeceres más coloridos de lo normal, aunque nunca tan rojos como los de Lombok en Indonesia.
Anoche conversé largamente con Larry, el señor de la pieza del frente, de unos 65 años. Resultó ser neozelandés, y lleva viajando por el mundo durante ¡30 años!. Decidió con su esposa no tener hijos, trabajar, ahorrar e invertir; puso la plata en el banco y se fueron a vivir barato con los intereses. Construyó un yate, viajó por algunos años y luego lo vendió para seguir por tierra. O Sea, ¿que son seis meses?. Conversamos también sobre los males y los miedos que surgen en la mente del viajero solitario. Según él, lo mio es un problema muscular relacionado al tipo de zapato, y que mi mochila debe ser pesada para mi contextura. Él ha pasado por todas las pestes de Asia: malaria, dengue, micosis e infecciones varias. Siempre va al laboratorio a examinarse, y con la respuesta va al médico si es que no sabe cómo controlarlo... sigue vivo.
Anoche llovió “como condenado”. Hoy en la mañana amaneció radiante, y muy caluroso. Entonces arrendé una bicicleta para alcanzar la estación de trenes perdida. La encontré, y ahora sigo pensando en las opciones. Luego me fui en dirección opuesta en busca del único templo que vale la pena visitar, como me dijo Larry, luego de pasar por un parque con algunos templos pequeños. 
Me costó encontrar el templo; de no ser por una señora con mucho ingenio, y que incluso sabía algo de español, que usó para escribirme el nombre del lugar en tailandés para pedir indicaciones, no hubiese llegado nunca. El templo, de 32 años, es una cosa “fuera de las casillas”; imagino que más de un “cuete” se necesita fumar para construir aquello. Tardaron 20 años en construirlo, y pensarlo; es medio mitológico, con figuras con cabezas llenas de dragones, cuerpos con tentáculos, elefantes perseguidos por perros en moto o con metralletas... una locura.
Y eso, un poco de ejercicio para devolverle la energía perdida a mi cuerpo que ya creo esta recuperado, y ahora a buscar algo de comer, rico y saludable, ya que me he controlado de no comer bestialidades.
Por favor excúsenme porque las postales que mandé, que supuestamente irían desde Laos, van desde Tailandia... otra vez el precio, cuatro veces más caro en Laos.
Muchos cariños, los contacto desde el sur.
Antonia

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